jueves, 29 de mayo de 2008


Kenningars

La bocina de los humanos.

La entrada del cuerpo.

La casa de la voz.

La boca

El fin de la inspiración.

El reto del pintor.

Una ventana por abrir al mundo del otro.

El lienzo blanco.

El agua para socializar.

El nuevo opio.

La medicina para el mal de amores.

El alcohol.


Cuando el tiempo le gana al planeta se escriben los libros.

Cuando escribo la letra que crece normal en mi mente.

Soy un joven helecho, un helecho que es imposible

que crece a la vida y que vive la vida asombrada

en la tierra caliente que tiembla si funden el magma.

Y si yo supusiera que vibra el mal que galopa

en el modo en que acaba la tierra,

que tristezas diría mi lengua,

por los mares y el ave que vuela,

va caer hacia el mar por un pez.

Oh la ola más grande que se abre de golpe y se rompe en la costa

como sabe la vida mi dulce señora.

como saben los musgos

que permiten los cielos

de esta basta belleza.

Y si en casa…

1 comentario:

CadávEr Muerto dijo...

Poesía opio... como cumplido.